Por Daniel Miguez
“Mario es un amigo, yo tengo mucho respeto por él y jamás van a escuchar de mí una palabra altisonante ni descalificadora hacia su persona.” La frase dicha por Néstor Kirchner el lunes en Puerto Madryn enfureció al adjudicatario de la gentileza, el gobernador Mario Das Neves, que lanzado a la candidatura presidencial para 2011 quizá la vivió como el abrazo del oso.
“Cuando él dice que es un amigo, es una hipocresía: yo no soy su amigo. El ha sido presidente y yo, gobernador. Pero que no me adjudique ninguna amistad”, respondió. Un político debe estar muy seguro de su propio archivo cuando hace afirmaciones tajantes, piensa el cronista. Y el jugueteo periodístico lleva, a falta de tiempo para desempolvar diarios viejos, al buscador de Internet: “Das Neves+Kirchner+amigo”.
En diciembre de 2007, tras ganar la reelección como gobernador, Das Neves le dijo a Kirchner: “Señor presidente, en nombre del pueblo de Chubut le digo que estaremos eternamente agradecidos”. Pero no habló de amistad.
Cuando Cristina Kirchner fue electa, Das Neves aseguró que “como lo hizo en 2003, la gente en Chubut votó masivamente a favor del mismo proyecto. De la continuidad del crecimiento, de la economía más sólida, de un país con equidad, de un país previsible”. Es cierto, tampoco la llamó amiga.
Aun sin ser su amigo, Das Neves en sus discursos de 2007 le regaló a Kirchner una frase que luego el santacruceño gastó cambiándole el sujeto: “¿Qué les pasa radicales? ¿Están nerviosos?”, repetía el chubutense por entonces en plena campaña.
“El presidente de la Nación está construyendo un país en serio. Hoy comienza aquí la construcción de una provincia en serio. Señor presidente, usted lo dijo: la Patagonia comenzó a dejar de ser el patio trasero de la Argentina. Lo dijo una vez, dos, tres, cuatro. Puedo seguir contando porque lo dijo con hechos, con soluciones”, fue el preludio de Das Neves para una extensa enumeración de las obras que hizo el gobierno nacional en su provincia. Pero, de amigos, nada. Tampoco cuando dijo “con Kirchner comienza una nueva Argentina”. Pero el 26 de julio de 2006, al dar una conferencia de prensa con su enemigo Alberto Fernández, luego de una reunión con Kirchner, Das Neves arrancó así: “En primer lugar por supuesto quiero agradecer el tiempo que nos ha dispensado el señor presidente de la Nación, ‘mi amigo’ Néstor Kirchner”.
Se podría pensar que se le escapó sin querer, si no fuera que el lunes 17 de septiembre de 2007, dirigiéndose a “mi ‘amigo’ Néstor Kirchner” y a “la futura presidenta” Cristina les prometió “una avalancha de votos” para ellos en Chubut en las elecciones que se realizarían el 28 de octubre.
A veces a las apuradas se le puede llamar amigo a alguien que conoce desde hace poco tiempo. Pero no es el caso de Das Neves que ese mismo día de 2007 agradeció por su triunfo en las elecciones como gobernador “el apoyo del presidente Néstor Kirchner, ‘un amigo de hace 25 años’, igual que de su esposa ‘Cristina’”. Ya el juego empezaba a cansar, porque la amistad de Das Neves hacia Kirchner aparecía cada dos por tres, apenas matizada por alguna frase del gobernador de Chubut que vale rescatar:
“Es más importante ser memorioso que rencoroso”.